Una empresa que sus productos son libres de crueldad animal, pero incurren en prácticas de acoso laboral o sexual, mensajes misóginos o de racismo, no puede considerarse como sostenible.
Una empresa que sus productos son libres de crueldad animal, pero incurren en prácticas de acoso laboral o sexual, mensajes misóginos o de racismo, no puede considerarse como sostenible.