Una de las razones más comunes por las que fracasan las iniciativas sostenibles dentro de las empresas es tan simple como contundente: no se involucra al personal. Pensar que la sostenibilidad debe gestionarse únicamente desde la alta dirección es un error que genera resistencia, desinformación y, en muchos casos, frustración interna.
Una estrategia empresarial verdaderamente sostenible requiere más que políticas o anuncios: necesita personas convencidas y capacitadas. Son las y los colaboradores quienes ejecutan las acciones del día a día, quienes toman decisiones que afectan directamente el consumo de recursos, la generación de residuos, las compras o la eficiencia energética. Ignorarlos en el proceso es como pretender que un árbol crezca solo regando sus hojas.
El impacto de no involucrar al personal
Cuando no se informa ni capacita al equipo humano de una empresa, es común que surjan percepciones equivocadas: “esto es más trabajo”, “seguro quieren reducir personal”, “es otra moda pasajera”. Este tipo de narrativas no sólo frenan el cambio, sino que también afectan el ambiente laboral y la confianza hacia la dirección.
Además, muchas veces el personal ya tiene ideas valiosas sobre cómo mejorar procesos o reducir impactos negativos, pero no se siente escuchado ni motivado a compartirlas. En consecuencia, se pierde una gran oportunidad de construir desde adentro, con soluciones realistas y adaptadas al contexto de la empresa.
¿Cómo lograr un cambio genuino?
Las empresas que avanzan en sostenibilidad de manera efectiva tienen algo en común: apuestan por una cultura organizacional participativa. Es decir, comprenden que para generar cambios reales y duraderos, es fundamental incluir al personal desde el inicio. Algunas buenas prácticas incluyen:
- Realizar talleres participativos, donde las personas puedan expresar sus ideas, preocupaciones y propuestas concretas.
- Fomentar la innovación desde todos los niveles, para que no sólo la gerencia defina las acciones, sino también quienes conocen mejor los procesos operativos.
- Comunicar con claridad los objetivos, mostrando cómo las acciones sostenibles se traducen en beneficios para la empresa y para las personas.
- Asegurar acompañamiento y seguimiento, de modo que no se sientan iniciativas aisladas, sino parte de un camino coherente.
Esto no significa perder autoridad o dirección estratégica. Al contrario, se trata de ejercer un liderazgo más empático y colaborativo, que reconoce el valor del conocimiento interno y fortalece la cohesión del equipo.
Una oportunidad para crecer como organización
Cuando las personas entienden el propósito detrás de una acción sostenible, su nivel de compromiso se multiplica. Las capacitaciones, por ejemplo, no son sólo espacios para “cumplir con una exigencia”, sino oportunidades para aprender, conectar y asumir un rol activo dentro del cambio.
Por eso, más que imponer cambios, se trata de construir una visión compartida. En Eco Ideas, creemos en la formación como herramienta de transformación. Por eso, acompañamos a empresas interesadas en fortalecer sus prácticas sostenibles a través de capacitaciones participativas, que pueden desarrollarse tanto de forma virtual como presencial, adaptadas a las necesidades y realidad de cada equipo.
Cada empresa tiene un punto de partida distinto, pero todas pueden avanzar si colocan a las personas en el centro del proceso. Porque la sostenibilidad no se decreta: se practica y se construye, todos los días, entre todas y todos.
Referencias bibliográficas
- Lozano, R. (2015). A holistic perspective on corporate sustainability drivers. Corporate Social Responsibility and Environmental Management, 22(1), 32–44.
- GIZ & ALIARSE (2023). Guía para promover la sostenibilidad empresarial en MIPYMES.
- World Business Council for Sustainable Development (WBCSD) (2022). Empowering employees to drive sustainability from within.
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