El fracaso del tratado plástico

5 minutos

Del 5 al 14 de agosto de 2025 se llevó a cabo en Ginebra, Suiza, la última ronda de negociaciones de la ONU para acordar un tratado global jurídicamente vinculante contra la contaminación por plásticos (El País, 2025a). Esta segunda parte de la quinta sesión del Comité Intergubernamental de Negociación (INC-5.2) reunió a cerca de 183 países y más de 2 600 participantes, entre ellos 1 400 delegados y casi 1 000 observadores, incluyendo pueblos indígenas, científicos, activistas juveniles y recicladores (ESG News, 2025).

El tratado, impulsado desde 2022 por la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEA), busca abarcar el ciclo completo de vida del plástico: su diseño, producción, sustancias químicas utilizadas y gestión de residuos (Wikipedia, 2025). Este proceso llegó tras múltiples intentos fallidos, como el ocurrido en Busan en diciembre de 2024 (El País, 2025b).

Objetivos de la negociación

Los objetivos centrales de esta ronda fueron:

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  1. Aprobar un instrumento jurídicamente vinculante que regule el ciclo completo del plástico, con énfasis en la producción, químicos y gestión final (El País, 2025a).
  2. Limitar la producción de plástico virgen, considerada la medida más efectiva para frenar la crisis ambiental (El País, 2025b).
  3. Incluir restricciones sobre sustancias químicas peligrosas, normas de diseño circular y mecanismos de financiamiento y cumplimiento (ESG News, 2025).
  4. Garantizar fondos internacionales para países en desarrollo que permitan implementar las medidas (Noticias Ambientales, 2025).

La sociedad civil también tuvo un rol visible: el 4 de agosto se realizó una manifestación en la Place des Nations organizada por Greenpeace, Break Free From Plastic y otras ONG, exigiendo un tratado ambicioso que reduzca en al menos 75 % la producción de plástico para 2040 (Break Free From Plastic, 2025).

Resultados alcanzados

Pese a los esfuerzos, la negociación fracasó en alcanzar un acuerdo vinculante. Se presentaron dos borradores de texto, pero no se logró consenso en los puntos clave de producción y químicos (El País, 2025c).

Las tensiones reflejaron una fuerte división entre bloques:

  • Países “ambiciosos” como la Unión Europea, Chile, Noruega y Ruanda defendieron un tratado vinculante que limite la producción y promueva la economía circular (Climática, 2025).
  • Países productores de petróleo como Arabia Saudí, Rusia, India y Estados Unidos se opusieron a cualquier límite, defendiendo al plástico como pilar económico (El País, 2025b).

A esto se sumó la influencia de las grandes petroleras y petroquímicas —Dow, ExxonMobil, Shell, INEOS y BASF— que hicieron lobby en Ginebra, promoviendo soluciones como el reciclaje químico, cuestionadas por su efectividad (Los40, 2025).

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La directora del PNUMA, Inger Andersen, reconoció que “el proceso no ha concluido, pero tampoco se alcanzó el resultado esperado”, señalando que las negociaciones continuarán en otra fecha aún no definida (AP News, 2025).

Qué significa este resultado para las empresas

  1. Incertidumbre regulatoria
    Sin un tratado global, las regulaciones seguirán siendo fragmentadas a nivel nacional y regional, complicando la previsión de costos y obligaciones (El País Exprés, 2025).
  2. Mayor presión reputacional
    La amplia cobertura mediática y las movilizaciones ciudadanas aumentan la exigencia hacia las empresas de demostrar acciones reales frente al problema del plástico (Break Free From Plastic, 2025).
  3. Oportunidad de liderazgo
    Las compañías con visión a futuro pueden posicionarse apostando por diseño circular, reducción de plásticos vírgenes, innovación en materiales alternativos y colaboración con ONG (Noticias Ambientales, 2025).
  4. Riesgos competitivos y geopolíticos
    La división entre regiones genera marcos regulatorios dispares: mientras la UE busca medidas estrictas, otros mercados mantienen flexibilidad, lo que implica riesgos para empresas exportadoras (Cadena SER, 2025).
  5. Impulso a la innovación
    Ante la falta de consenso internacional, las empresas tienen un espacio para innovar en modelos de reutilización, envases sostenibles y soluciones tecnológicas (El País, 2025c).

La negociación del tratado global sobre plásticos (5–14 de agosto de 2025) terminó sin acuerdo vinculante, mostrando profundas diferencias entre países y el peso del lobby petrolero. Aunque se trata de un revés, el proceso no se detiene y la presión social aumenta. Para las empresas, este contexto representa tanto un reto como una oportunidad: la chance de anticiparse a la regulación, innovar y responder a la demanda creciente de responsabilidad ambiental.

Referencias


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