Tengo que confesar, hubo un tiempo en mi vida que era una compradora compulsiva. Tenía la idea de que SIEMPRE debía vestir algo nuevo.

No, mis padres no me apadrinaban esto, siempre he sido emprendedora, así que parte de mis ganancias eran ahorradas y otra se iba en compras. Si había una salida el fin de semana, era obvio que tenía que lucir un conjunto bonito.
Hoy viendo hacia atrás me digo a mí misma: «mí misma, ¿cómo pudiste?».
Y es que analizando, somos bombardeados a diario que tenemos que tener cosas para demostrar éxito, ser interesantes e impresionar. No importa si te endeudas, ¡impresiona!
Así que esa jovencita de antes le gustaba estar «bien vestida con todo nuevo», hasta que me di cuenta que esto no es necesario, lo que estaba logrando era malgastar el dinero y que tenía mucha ropa que no utilizaba.
Sin embargo, hay que detenerse a pensar no solo en el dinero gastado, sino en los recursos involucrados para crear cada una de las prendas que se compran. Recursos como materia prima: agua, algodón, poliéster (plástico); el recurso humano que puede estar laborando en condiciones deplorables y de por sí todo lo que engloba el recurso ambiental: dónde está ubicada la industria y si hay una gestión adecuada de los procesos.
Hablemos con números
Aquí van algunas de las cifras del cuadro actual que harán que dejemos de ver las tiendas de ropa como simples espacios de placer y más como una industria con una lógica de consumo irracional e insostenible (magnet.com):
- Al año se fabrican 150.000 millones de prendas. Es decir, 62 millones de toneladas de ropa y complementos.
- Del total de ellas el 30% se venden rebajando su precio original.
- Y otro 30% nunca llega a venderse.
- Ese 30% es una distorsión entre la oferta y la demanda que le cuesta a este sistema 210.000 millones de dólares anuales (si al coste unitario se le aplicase también su impacto medioambiental esta cifra sería mucho mayor).
- Y 460.000 millones de dólares es lo que la economía mundial pierde cada año por las prendas que la industria y la gente tira cuando podrían seguir usándolas perfectamente.
- El 50% de la ropa que fabrican las cadenas de fast fashion (H&M, Zara) acaba en la basura en menos de un año.
- Eso son 12.8 millones de toneladas de desperdicios que van a parar a vertederos de todo el mundo.
- En la basura… o en las incineradoras. Aunque no lo reconocen, mucha de esta ropa, que no encuentra salida en otros mercados o como donativos a los desfavorecidos, acaba generando nuevas toneladas de co2 al ser quemada.
- ¿Cuantas toneladas de CO2? Demasiadas. Quemar un kilo de ropa supone generar 1.36 kilos de dióxido de carbono por megavatio hora. Es más contaminante que quemar carbón (1.13 kilos por megavatio hora) o gas natural (61 kilos por megavatio hora). De un bien que se ha producido de forma innecesaria.
- Para 2030 la industria de la moda perderá a nivel mundial 52.000 millones de dólares de beneficios sólo por la inversión que tendrán que hacer para afrontar su sobreproducción y el crecimiento de los costes laborales.
- Y, si las predicciones de consumo y población se mantienen, pasaremos de producir 62.000 millones de toneladas de ropa a producir 102.000.
- El occidental medio solo se pone una prenda entre 7 y 10 veces antes de tirarla o tenerla guardada acumulando polvo.
- A día de hoy, la industria textil es la segunda más contaminante del mundo, por delante de la ganadera y sólo por detrás de la petrolera.
- Ella sola es la responsable del 20% de todos los tóxicos que se vierten en el agua.
Y es ahí donde la ropa de segunda mano toma importancia: permite dar un respiro a los recursos.
Segundas Oportunidades
Llevo más de un año utilizando ropa de segunda mano que me sale totalmente gratis, y es que telefoneo a mis amigas para saber qué piezas tienen disponibles que ya no estén usando. El clóset de mi mamá y hasta el de mi papá se han visto asaltados por mí. No me juzguen, son minas de oro.
Beneficios de usar ropa de segunda mano
A continuación, te comparto los beneficios encontrados por hablemosdemodaya.com:
- Tal vez el mayor beneficio de comprar prendas usadas es el ahorro de dinero, porque la compra de segunda mano siempre será más barata que algo nuevo. Muchas veces podemos encontrar ropa de buena calidad y prendas de marca en muy buen estado y a precios bajos. A esto se le llama compras inteligentes.
- Siempre podrás encontrar prendas únicas, ya sea que estén a la moda o vintage, porque no las conseguirás en cualquier tienda o centro comercial.
- Al comprar ropa de segunda mano estamos reutilizando, dándole una nueva vida a la vestimenta que ya fue de alguien y no solo eso, sino que de paso ayudamos alambiente. Ya que volver a usar es mucho mejor que comprar algo nuevo o reciclar algo viejo.
- ¡Tu también puedes vender! échale un vistazo a tu armario y saca todo lo que ya no usas. Eso si, recuerda que lo que quieras despachar debe estar en muy buen estado. Siempre encontrarás a alguien que quiera lo que tú ya no quieres.




Foto 1: Blusa del clóset de mi mejor amiga. Short nacido de un pantalón largo de mi mama que se había manchado.
Foto 2: Blusa del clóset de mi mejor amiga.
Foto 3: Mameluco o jumpsuit del clóset de mi mejor amiga.
Foto 4: Blusa del clóset de una amiga. Pantalón de tela de mi madre.
Gracias a Carolina, Katherine y a mi mamá por patrocinar mis «outfits».
Y tú ¿usas ropa de segunda mano? ¿Tienes una pieza favorita? Déjame tu opinión en los comentarios.
2 comentarios sobre “¿Le has dado una oportunidad a la ropa de segunda mano?”